Reseña: Tal vez somos eléctricos

Título: Tal vez somos eléctricos

Título original: Maybe We're Electric

Autor: Val Emmich

Editorial: Wonderbooks

Fecha de publicación: 22/11/2021

Saga: -

Páginas: 240

Precio: 14,90 €

Sinopsis:

«No hay electricidad en ningún otro lugar. solo aquí, entre nosotros»

Tegan Everly es una chica tímida de dieciséis años. En el instituto, solo habla con su amigo Neel, pero ahora mismo las cosas entre los dos no van bien, y no tiene a nadie con quien ser ella misma. Así que, cuando se ve obligada a enfrentarse a una verdad desagradable, huye durante una tormenta de nieve al pequeño museo local dedicado a Thomas Edison, un refugio al que suele acudir en busca de paz y tranquilidad.

Sin embargo, no está sola. Allí se encuentra con Mac Durant, el chico más popular de su instituto. Tegan no lo soporta, pero el Mac que tiene delante no se parece al futbolista magnético que conoce: es alguien que pide ayuda. Durante una noche inolvidable, Tegan y Mac dejarán a un lado las presiones y sus prejuicios y forjarán una conexión inesperadamente electrizante que cambiará sus vidas para siempre. 

Opinión personal:

La publicación de Tal vez somos eléctricos en español fue una auténtica sorpresa, en primer lugar, porque supe que se publicaría tan solo unos días antes de que lo hiciera, a lo que hay que añadir que hace poco que se publicó en inglés, puesto que lo hizo hace poco más de dos meses. Sin embargo, cuando supe quién era su autor, Val Emmich, muy conocido por Querido Evan Hansen, libro del que ya os hablé hace más de dos años en el blog y que tuvo una importante repercusión, supe que debía darle una oportunidad, prometiendo ser una lectura entretenida, tierna y ligera. La portada elegida para la edición española es muy bonita y similar a la original, y diría incluso que más coherente que la original con el interior de la historia por esa bombilla que aparece en su portada. 

Tegan está acostumbrada a pasar desapercibida en el instituto, y no está pasando su mejor momento después de que las cosas entre su único y mejor amigo Neel y ella no vayan demasiado bien, así que decide refugiarse de una tormenta de nieve en el pequeño museo local dedicado a Thomas Edison. Si bien espera encontrar tranquilidad y soledad, en su interior se encontrará a Mac, el chico más popular del instituto, al que no soporta, pero se encuentra con una versión muy diferente a la que tiene de él: es alguien que necesita ayuda desesperadamente. Tan solo una noche hará que Tegan y Mac cambien de parecer respecto al otro y forjen una gran conexión electrizante que cambiará sus historias para siempre. ¿Qué pasará cuando tengan que volver a su día a día y qué importancia tendrán en la vida del otro?

Lo primero que despertó mi curiosidad de este libro, como ya me ha sucedido en algunos que siguen esa misma dinámica de desarrollarse en un solo día, es la cantidad que cosas que suceden en un transcurso tan cerrado como son veinticuatro horas, lo que es difícil de conseguir, así que es un gran punto a su favor. En este sentido, he disfrutado de que dos personajes tan diferentes se vieran obligados a compartir espacio durante todo un día, mostrándonos cómo clasificamos a la gente, pensamos que los conocemos solo por lo que vemos o escuchamos de ellos, en definitiva, de cómo dejamos de conocer a muchas personas por ser diferentes a nosotros. Si bien incurre en los clichés típicos de este tipo de historias, ya sabéis que a mí no me molestan si disfruto de la novela, como ha sido este caso. Como aspecto que me ha dejado un poco frío, he de admitir que he sentido que el romance era un poco superficial o quizás no tan fuerte como esperaba en una novela romántica juvenil, aunque tiene explicación teniendo en cuenta lo que he comentado con anterioridad respecto a su corto lapso temporal. Siendo la temática que es, siento que no puedo ponerle una gran nota, aunque la dada refleja un libro positivo en general. Por último, he constatado la capacidad de Val Emmich de construir relatos entretenidos y sumamente fáciles de leer, como este segundo libro que leo de su obra, contado a través de capítulos cortos, algunos de un par de páginas, en los que siempre hay aspectos que nos animan a seguir leyendo, además de mantener buen buen ritmo y permitirnos desconectar de otros géneros o libros más densos o pesados. 

En definitiva, Tal vez somos eléctricos ha sido una novela que me ha tenido muy entretenido y he disfrutado de la evolución de sus personajes, si bien esperaba más de la parte de romance, aunque, como he dicho con anterioridad, me ha gustado. 

3/5