Reseña: El día que amaneció sin colores

Título: El día que amaneció sin colores

Título original: Les crayons de couleur

Autor: Jean-Gabriel Causse

Editorial. Grijalbo

Fecha de publicación: 07/03/2019

Saga: -

Páginas: 304

Precio: 17,90 €

Sinopsis:

Una novela que es como un arcoíris: unos personajes carismáticos, una premisa original, magia, intriga y aprendizaje sobre la simbología de los colores.

Una atractiva historia rica en matices, para el deleite de los sentidos.

Un día misteriosamente los colores empiezan a desaparecer. Así, sin más. Nadie sabe por qué, ni tan siquiera los científicos son capaces de encontrar una explicación razonable. La comida resulta insípida a la vista, la ropa se ha vuelto uniforme, los diseñadores se desesperan, todo es más aburrido, monótono y triste, y la economía se va a pique. En definitiva, la vida sin colores es deprimente.

En este nuevo mundo en blanco y negro, Arthur, empleado de una fábrica de lápices de colores, conoce a su vecina, Charlotte, una bella locutora de radio ciega de nacimiento que paradójicamente es una científica especializada en el color. Esta curiosa pareja se embarcará en una arriesgada aventura junto a la hija de Charlotte, una niña con un don especial que podría devolver el ansiado color a la humanidad.

Después de leer esta novela deliciosa, no volverás a percibir los colores de la misma manera. Una historia para aquellos que ven con el corazón.

Opinión personal.

Lo cierto es que no conocía esta historia hasta que la vi anunciada como una de las novedades de marzo de la editorial Grijalbo, y tras leer su sinopsis, me apeteció demasiado darle una oportunidad, ya que su argumento me parecía sumamente original y le habían precedido muy buenas críticas. Porque, ¿os imagináis un mundo en el que los colores desaparecen de la noche a la mañana y el mundo se vuelve deprimente? No, ¿verdad? Por ese motivo, me apetecía ver qué tenía que contarnos su autor en esta historia. 

Así, esta historia nos sumerge en un mundo en el que los colores desaparecen con rapidez y tan solo quedan el blanco, el negro y el gris, haciendo del mundo un lugar menos acogedor y más deprimente. Los científicos no son capaces de encontrar una explicación a este fenómeno y todos temen que la vida a partir de ahora se mida únicamente en colores apagados. Arthur y Charlotte deberán llevar a cabo una arriesgada aventura junto a la hija de Charlotte, que posee un don especial, para devolver los colores al mundo. 

De esta forma, esta historia se centra fundamentalmente en tres personajes con los que veremos este mundo apagado y buscaremos una solución. Arthur trabaja en una fábrica de lápices de colores y, como todos, o incluso más, la fuga de colores le pillará totalmente desprevenido. Siente una gran atracción por su vecina Charlotte, una mujer ciega de nacimiento que es científica experta en color y locutora de radio. También será importante en esta historia, además de otros personajes secundarios con los que veremos algunos aspectos de esta novela, la hija de Charlotte, que posee un don especial que descubriréis cuando os embarquéis en esta historia. 

Este libro se desarrolla en dos ciudades muy importantes, como son París y Nueva York, donde el color es fundamental. A lo largo de este libro, veremos la importancia de los colores y cómo cambian pequeñas cosas que solemos pasar desapercibidas a menudo, como la comida, que no sabrá igual sin colores. También tiene un toque que, para mí, ha sido un tanto oscuro y que da bastante miedo, ya que la falta de color asusta, un mundo en el que los colores desaparezcan nos asustaría a todos. A ello hay que unir unos personajes entrañables y con evolución, valores que están presentes en sus páginas y que es una historia que se lee muy fácilmente y que atrapa desde los primeros capítulos.  

En resumen, El día que amaneció sin colores es una lectura diferente y original que nos sumerge en un mundo en el que el color ha desaparecido y sus personajes deben encontrar una solución, al mismo tiempo que conocemos sus historias originales.

3,5/5